La personalidad del individuo se comienza a formar desde su concepción. Cualquier situación por la que pasa la madre durante su periodo de gestación, puede influir en el desarrollo de la criatura que viene en camino. Un periodo de gestación tormentoso puede afectar la salud tanto de la madre cómo la del bebé.
A veces los adultos actuamos de manera inconsciente frente a los niños. Decimos cosas, nos expresamos de la manera inadecuada, sin ni siquiera analizar cómo puede ésta afectar su buen desarrollo.
Los niños son seres sensibles, que van formando su personalidad poco a poco y a través de las diferentes vivencias. El más mínimo detalle o situación por la que pasa un niño en su más tierna etapa, puede marcar su vida para siempre. Todo va a depender del tipo de experiencia por la que éste pase. Si la experiencia es negativa, esta se puede convertir en un gran trauma para el adulto de mañana. Si la experiencia es positiva, ésta puede representar un elemento importante para el buen desarrollo de su personalidad.
Es decir, que nuestra manera de valorarnos y la manera de querernos a nosotros mismos, depende mucho de nuestro entorno familiar y social en el que nos desarrollamos. Si venimos de una familia disfuncional donde no hay comprensión, ni respeto entre sus miembros es muy posible que el niño crezca con muchas dificultades tanto para aceptarse así mismo, como para insertarse en la sociedad.
Muy interesante!
Espero con ansias el próximo artículo!